jueves, 15 de junio de 2017

¿Cuánto Sabemos de Las Personas a las Que Queremos?


A pesar de lo mucho que nos exponemos en las redes sociales únicamente un puñado de personas -y  en algunos casos ni siquiera tantas- podrían afirmar que lo saben todo de nosotros. Y por todo no me refiero únicamente a si tenemos un pasado de sexo, drogas y reggaeton o a si nos hemos puesto bótox en el entrecejo.

Hablo de sustituir la charla intrascendente por conversaciones en las que sinceramente les preguntamos por sus vidas y en las que de verdad prestamos atención a sus respuestas. Si ni siquiera conocemos qué es lo que pasa por la mente, por las tripas y por los recovecos de los corazones de aquellos a quienes tenemos más cerca, ¿cómo se nos ocurre juzgar y etiquetar al resto?


¿Cuánto Sabemos de La Gente Que Nos Rodea?

Lo que nos contamos a nosotros mismos acerca de los demás, lo que pensamos que sabemos de  ellos, está, en infinidad de ocasiones, muy lejos de ser la verdad. O por lo menos toda la verdad.

Hoy en LMDM me gustaría reflexionar contigo sobre todas esas cosas que deberíamos empezar a dejar de decirnos a nosotros mismos sobre otras personas, por su bien y por el nuestro propio:

-Porque cuanto más pensamos que lo sabemos todo de quienes nos rodean más nos desconectamos de ellos. Y esto hace que la brecha de mutua incomprensión se haga cada vez más profunda.

-Porque nos perdemos la oportunidad de encontrar los posibles paralelismos entre nuestras tribulaciones y las suyas.


7 Suposiciones Que Nos Separan de Los Demás


1. Quien más sonríe es más feliz

Detrás de las sonrisas, de las carcajadas, de los "yo estoy fenomenal", de las bromas, puede que haya alguien pasándolo realmente mal. O que a pesar de estar siempre rodeado de gente se sienta muy solo. O que sea mucho más vulnerable de lo que tú nunca te hubieras imaginado.


2. Quienes pertenecen a mi círculo son perfectos

Las personas que forman nuestro clan son tan imperfectas como nosotros mismos, aunque nos resistamos a verlo y a aceptarlo. Y tenemos que darles espacio para que se equivoquen, incluso para que nos decepcionen. En definitiva para que se comporten como lo que son, meros seres humanos. No como esos seres superiores que hemos idealizado tanto que apenas podrían reconocerse en las imágenes que nos hemos creado de ellos. 


3. Quien lo hace de forma diferente lo hace mal

Todo el mundo tiene derecho a explorar sus propios caminos para alcanzar sus objetivos. Solo porque no lo haga como lo haríamos nosotros no significa que esté perdido. 


4. Quien no me gusta no se merece mi amabilidad

Es muy fácil ser encantador con quien ve el mundo igual que nosotros. Pero solo los dioses saben cuántas oportunidades nos estaremos perdiendo de encontrar auténticos tesoros por no practicar la amabilidad con aquellos que no comparten nuestro estilo de vida o nuestras opiniones.  


5. Quienes no son mis amigos no merecen mi confianza

Algunas personas (de carácter inseguro y con problemas de autoaceptación) son expertas en construir murallas en vez de puentes. Sin embargo las personas que se gustan a sí mismas se mueven por cualquier ambiente como por su propia casa, buscando maneras de conectar con los extraños.


6. Quien no está conmigo está contra mí

Tomarnos todas las reacciones de los demás como algo personal nos convierte en unos paranoicos incapaces de bajar nunca la guardia. Damos por seguro que nuestras conclusiones son ciertas, pero rara vez los comportamientos rudos, antipáticos o fríos de los demás tienen que ver con nosotros. La realidad es que casi siempre tienen que ver solo con la persona más importante de sus vidas: ellos mismos.

7. Quienes me rodean tienen la culpa

Depositar en quienes nos rodean la responsabilidad de todo lo malo que nos sucede (la culpa de que la relación no funcione es de mi pareja, la culpa de que yo no crezca profesionalmente es de mis compañeros, la culpa de que no vea a mis amigos es de ellos, etc) es un comportamiento infantil: los demás no pueden ser siempre la excusa para justificarnos por nuestra propia insatisfacción. 



¿Cuánto sabes realmente de las personas a las que más quieres?
¿Te basas solo en tus propias suposiciones?


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5 comentarios

  1. Intento saber bastante y no dar las cosas por hechas!!!


    Besos

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  2. No quiero saber todo de los que rodean igual que no quiero que ellos sepan todo de mi... solo lo que nos afecte mutuamente...todos debemos tener nuestra parcela que hay que saber respetar
    Un besote y feliz finde

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  3. ¡Hola preciosa Mariola!

    Qué te puedo decir? Que me ha parecido súper interesante este post, pues a mi me han pasado muchas de las situaciones que mencionas. La gente me ha juzgado por mi sonrisa y alegría y se han pensado que mi vida es perfecta. Nada más lejos de la realidad, pero yo ante la adversidad no me rindo. Por ese mismo motivo intento no prejuzgar ni pensar que ya lo sé todo de la gente. Cada persona sabe lo que hay en su interior y has que respetarla.

    Un abrazo inmenso!

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  4. Creo que bastante aunque nunca se sabe todo de nadie, pero de mi circulo más cercano tengo la suerte de que puedo mostrarme sin filtros al igual que ellos conmigo, si estamos jodidos lo decimos al igual que si estamos súper contentos. Y sí, me suelo fiar de mis suposiciones, soy bastante de primeras impresiones. Baci

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  5. Siempre indago un poco más.
    Las primeras impresiones no son las buenas.
    Un beso.

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