lunes, 22 de septiembre de 2014

Anorexia y Yo: El Día que Dejé de Comer


Hace unos días me crucé por la calle con una chica que estaba literalmente en los huesos. Se me heló la sangre. Tuve una sensación de desconsuelo, de compasión, que me trasladó a muchos años atrás, cuando yo misma pasé por un episodio semejante. Hoy en LMDM por fin me he decidido a contaros mi propia experiencia con la anorexia.


Anorexia y Yo: El día que Dejé de Comer


Yo estaba en la universidad y salía con un chico, llamémosle M. Por hacerte corta la historia la resumiré de la siguiente manera: M siempre, desde el principio, dejó muy claro lo que sentía por mí; era esa clase de amor romántico lleno de cartas, de regalos, de apodos cariñosos. Pero una nochevieja que había quedado en ir a recogerme a casa para ir juntos a una fiesta, no apareció. De hecho desapareció. Al día siguiente, 1 de enero, yo dejé de comer.


Los Largos Meses que Siguieron a Ese Día


Es curioso y a la vez increíble cómo la anorexia consigue cambiarte por completo la percepción de la realidad de tu cuerpo, la imagen que yo tenía del mío en ese momento estaba totalmente distorsionada. Tanto, que a día de hoy sigo sin tener ningún recuerdo de mí misma convertida en un esqueleto andante. Pero sí recuerdo las siguientes cosas:

Recuerdo que muchas noches no podía dormir porque me clavaba los huesos.

Recuerdo tener mucho frío.

Recuerdo contarme encantada las costillas.

Recuerdo un día que me desmayé en casa. 

Recuerdo contar las calorías de tres aceitunas.

Recuerdo un estado constante de alerta para trampear con la comida.

Recuerdo un estado de actividad frenética: iba a clases por la mañana, llegaba a casa, comía (obviamente es un decir), me subía a la bicicleta estática y pedaleaba como si no hubiera un mañana y después me iba corriendo a dar clases de inglés a un grupo de niños, volvía, estudiaba, si podía me volvía a subir a la bici,...

Recuerdo montarme en dicha bicicleta  a escondidas, para que no me viera nadie.

Recuerdo a mi padre obligándome a bajarme de ella.

Recuerdo pesarme todas las semanas y felicitarme por cada kilo perdido.

Recuerdo dejar de ir a pesarme a la farmacia que había al lado de mi casa. La dueña conocía a mis padres y en una ocasión les comentó su preocupación por mi rápida pérdida de peso; mi madre aprovechó para intentar hablar conmigo del tema y yo -enfurecida por dentro con la farmacéutica- decidí que no volvería a pesarme allí, menuda chivata.

Recuerdo las caras de alarma de quienes trataban conmigo. Esas expresiones eran el mejor piropo que yo podía recibir en aquellos momentos.

Recuerdo el subidón que me daba cada vez que alguien me decía que estaba muy delgada; esas palabras eran mi combustible para seguir reduciendo mi ingestión de alimentos.

Recuerdo verme unos ojos enormes en aquella cara demacrada.

Recuerdo estar tumbada en bikini en la piscina y observar feliz cómo sobresalían de forma exagerada los huesos de mis caderas.

Recuerdo que hubo un momento en que ningún cinturón tenía ya agujeros suficientes para sujetarme los pantalones.

Recuerdo que en la facultad a mis amigas otros compañeros les preguntaban preocupados por mi salud.

Recuerdo que a pesar de todo (el corazón roto y la anorexia) mi buen rendimiento en la carrera no bajó en ningún momento.

Recuerdo ir al Corte Inglés a comprarme unos vaqueros y al quedarme grande la talla más pequeña que tenían, el dependiente comentarme que solo en niños encontraría tallas más pequeñas. Recuerdo que antes de irme él me dijo "y hay que comer más".

Recuerdo renegar de mi color rubio y teñirme el pelo de negro.

Y por último, recuerdo la enorme sensación de triunfo el día que me pesé y (¡por fin!) había bajado hasta los 30 kilos. Mi próximo reto serían los 25.


El Día que Decidí que Quería Vivir


No soy muy alta, ya lo sabes, mido alrededor del 1,56-1,58. Pero 30 kilos para una chica de 20 años siguen siendo muy pocos kilos; es lo que pesa mi sobrina María con 9 años. Yo no solo no era consciente de lo que me estaba haciendo a mí misma, es que cada kilo perdido suponía una victoria con la que me animaba a continuar sin comer.

Te estarás preguntando cómo es posible llegar hasta ese punto sin que tu familia pueda evitarlo. No sé exactamente cómo me las ingeniaba cada día, pero te garantizo que nadie, absolutamente nadie, podía  hacer nada contra mi inquebrantable determinación de no comer.

En algún momento una amiga de la facultad (una tauro maravillosa, María José de la Cruz, que como buena tauro cabezota no cejó en su empeño de hacerme leer todo lo que encontraba sobre la anorexia y de preguntarme cada día qué había desayunado, dónde iba a comer, etc.) me pasó un artículo en el que se explicaba que la pérdida de la menstruación era uno de los síntomas del empeoramiento del estado de salud y que estos síntomas podían desembocar en paros cardíacos que finalmente podrían causar la muerte.

Un día empecé a dejar de tener la regla. Y recordé lo que se explicaba en aquél artículo que me trajo María José. Me asusté y pensé aterrorizada, "¡pero si yo no me quiero morir!".


Ellos Me Salvaron


Aquello fue el detonante, pero hoy sé que además de mis ganas de vivir, fueron todas las personas que me rodeaban quienes me salvaron: Me salvaron mis padres, me salvaron mis hermanos, me salvaron mis amigas y mis amigos, me salvó María José, me salvó aquel dependiente de El Corte Inglés.

Me salvaron con su actitud "atenta y vigilona": aunque nadie podía conmigo cerraron en torno a mí un círculo de vigilancia silenciosa, de comprensión sin gritos y sin dramas, de apoyo sin aspavientos innecesarios, de alarma compartida que a mí no me transmitían. 

Me salvaron porque en ellos encontré las ganas de reír, de salir, de volver a enamorarme. Las ganas de volver a comer.

Con este post no pretendo ayudar a quienes están pasando por un episodio de anorexia, de sobra sé que en ese estado no escuchas a nadie. Pero sí me gustaría que le diera fuerzas a todas aquellas personas que se sienten impotentes al ver cómo alguien a quien quieren se está consumiendo, cómo cada día se le marcan más todos los huesos del cuerpo.

¿Y qué fue de M? Pues alucina vecina, reapareció muchos años más tarde con toda la artillería del amor, quería volver conmigo y pedir perdón a mis padres por su comportamiento. C'mon, M! ¡Pero si por tu culpa a puntito estuve de quedarme como la madre de Psicosis, pudriéndome en una mecedora! Aunque eso sí, yo vestida con un precioso vestido de nochevieja.


Muchas gracias a todos los que os habéis leído mi historia hasta el final. 
No os imagináis lo bien que me ha venido escribirla de una vez por todas.



Foto: Tim Walker for Vogue UK May 2011



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49 comentarios

  1. Qué valiente has sido, yo a veces leo casos y casos en blogs y revistas y esas cosas de niñas y mujeres que no salen, que llevan varios años y que no les importa o prefieren morir. A mí se me hiela la sangre. Definitivamente es una enfermedad de las feas, porque el bajo peso es sólo un síntoma, el problema está en la mente en realidad.
    Me alegra haberla leído y por supuesto me alegro porque todo haya pasado.
    Un besazo!!

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  2. Madre mía, gracias por contar tu historia seguro que ayuda a mucha gente. Terrible enfermedad y muy necesaria la ayuda de los de alrededor.

    Besazo guapa!!

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  3. Con 16 años perdí 13 kg un verano, porque mis compañeros del equipo de natación se metían conmigo, no estaba gordita ni mucho menos, pero me había desarrollado antes que las demás y era diana de sus burlas. Dejé de comer y la comida que me ponía mi madre la tiraba a la basura.
    Desde entonces y durante mucho tiempo mi madre me obligaba a enviarle fotos de lo que comía, y pocas veces podía comer sola.
    Es un horror lo que la sociedad nos hace, sobre todo si no tenemos una personalidad fuerte.
    Tenemos mucha suerte por haber salido adelante.

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  4. Hola mariola, me has puesto la piel de gallina, ¡qué valiente por contarla aquí y a cara descubierta! Yo también he tenido la enfermedada cerca (no en primera persona) y sí, es dura y creo que es fundamental la gente que quiere de verdad, como dices, esa gente que va a salvarte.

    Infinitos besos rojos por doquier, ¡a día de hoy estás guapísima!

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  5. Hola Mariola! Desconocía por completo que hubieras sufrido de anorexia, tu testimonio es sin duda muy valiente y creo que además es muy útil, porque seguro que más de una persona se puede haber sentido identificada con tu testimonio, y quién sabe a lo mejor es el detonante de algo... Eso nunca se sabe.
    Me alegra muchísimo que decidieras luchar contra la enfermedad, un gran besote!

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  6. Me has dejado sin palabras!
    Es muy valiente contar una historia así. Me alegro que hayas superado ya todo eso 6 seguro que el compartir tu historia ayudará a muchas personas.
    Un besazo guapetona!

    www.acooltime.blogspot.com

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  7. Lo peor de todo es que hoy en día las niñas están tan expuestas a toda la publicidad con cuerpos "perfectos", que esta enfermedad se está expandiendo como una epidemia. Has sido muy valiente al contarnos tu historia y déjame decirte que estás estupenda.
    Un beso enorme!

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  8. ¡Uf, ha sido leer tu historia y ponerse la pile de gallina!
    Menos mal que tenías gente a tu alrededor preocupándose por ti y que fueron constantes :)
    Y "M"... a la "Mier-coles" ^_^

    Miriana's World Blog

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  9. Muy imporante el apoyo de la familia y amigos. Valiente al contar tu historia
    Besos!

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  10. UFFFF Mariola! Gracias por compartirla con todos nosotros. Tuvo que ser devastador!!! Y espero que les sirva de ayuda a muchas otras! un besote!!

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  11. Me alegro mucho que a día de hoy puedas contarlo y espero que eso ayude a otras en la situación que tú pasaste.
    Bsitoss

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  12. Eres valiente, eres una luchadora, eres mi "ídola"; ¿ qué hariamos sin aquellos que realmente nos quieren? e incluso quienes nos miran con los mejores ojos....
    Me admiras Mariola, no todas seriamos tan valientes de contar nuestra historia
    Un besote

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  13. Lo importante flower es que estas aqui, dando guerra.
    Y yo agradezco tu buena cabeza y tus fuerzas, porque estas conmigo!.
    Y respecto a M, tuve la oprtunidad de vivir su reentree y esta chalao, asi que fus fus...
    bxs
    Aran

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  14. enhorabuena guapa, yo tuve una amiga con el mismo problema... es muy difícil...
    y que bien escribes! :) besos

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  15. Me parece un testimonio tan valiente como difícil la experiencia. Aunque no estoy de acuerdo en una cosa, y es en que M fuera el culpable de que tú te hicieras eso a ti misma. Fuiste tú quien lo decidió y quien lo ejecutó. Por un rechazo, vale, por lo que sea, pero fuiste tú quien lo hizo. Los demás no nos hacen nada más que lo que nosotros les permitimos.
    Y que conste que no tengo ni idea de quién es esa persona, pero me parece importante que cada cual acepte sus responsabilidades, es la mejor forma de ser plenamente conscientes de nuestros actos y, sobre todo, de lo que nos queremos o dejamos de querer a nosotras mismas.

    Leyendo tu historia me has recordado a una chica super delgada que siempre iba vestida de negro y con manga larga hasta en verano (y eso, en Alciante, es mucho calor y humedad juntas) Coincidia con ella en un gimnasio, no se relacionaba con nadie, y llevaba una actividad frenética. Levataba comentarios sobre su delgadez y, en el momento en que alguien le dijo que si o tenía mucho calor con esos jerseys, que se iba a caer desmayada, desapareció.
    Al cabo de un tiempo, me la encontré en otro gim, me reconoció, pese a que no fui yo quien le dijo nada, pero estaba en el otro escenario del otro gim, y se cambió de de gimnasio al día siguiente.
    No sé qué habrá sido de ella, pero espero que reaccionara y recuperara su vida antes de matarse de hambre.

    Un abrazo!

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  16. Maravilloso testimonio, Mariola! Bravo por tu valentía y por lo bien que lo has contado todo. Me he quedado helada con lo de los 30 kilos, madre mía!! si yo creo que ya pesaba eso con 8 años.Es genial poder contar con el apoyo de la familia y los amigos en estos casos ( aunque realmente lo que cuenta es que uno/a mismo/a quiera salir del hoyo) . Yo no he tenido nunca anorexia pero tengo tendencia a engordar fácilmente y vivo obsesionada con el ejercicio, me peso todos los días y cuento las calorías, qué le vamos a hacer...Bss:)

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  17. Estoy un poco en shock en este momento... La verdad es que estoy bastante impresionada, yo también tuve una época complicada en el instituto y al final es verdad, te recuperas si tu le pones empeño.

    Un saludo

    Miss Claire

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  18. Estoy impresionada...enhorabuena, porque no debe de ser fácil contar una historia como esta. Yo no he sufrido casos parecidos con gente de mi alrededor, dos conocidas han sufrido bulimia, pero no se dieron cuenta a tiempo.
    Parece que es un tópico decir que las personas influyen mucho en nuestro estado físico, pero con casos así te das cuenta de que es la verdad (lo digo porque hay quien no lo reconoce)
    Como en todo, la mejor ayuda es uno mismo, y por supuesto la gente de alrededor, pero en estos casos la decisión es particular, y darse cuenta de el problema es muy importante, y por supuesto, más aún tener la fuerza para sobreponerse, así que enhorabuena de nuevo por ello ;) seguro que tu historia va a ayudar a más de un@
    un beso!

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  19. Valiente al enfrentar aquel episodio. Valiente al contarlo ahora a cara descubierta. Pero esa valentía te viene de raza. Millones de Bsos

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  20. Aún con la carne de gallina... Alucinante historia. Ojalá ayude acuchas personas que lo están pasando realmente mal. Mil besos y un abrazo enorme, seguro que te habrás quitado un gran peso de encima compartiendo tu historia con nosotros!!

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  21. Te prometo que me he puesto a llorar como una boba, yo siempre he estado a dieta y alguna vez me he planteado dejar de comer (no lo haré) por la sencilla razón que durante años tuve que convivir con la anorexia de mi madre. Has sido muy valiente por contarlo, espero que ayude aquellas personas que no son conscientes de la realidad.

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  22. Me has emocionado. Te felicito por haber conseguido superar algo tan duro. Es increíble cómo nuestra mente a veces se lía, nos engaña,se confunde y nos lleva por esos caminos.
    Gracias por compartir tu experiencia!! Un abrazo muy fuerte!!

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  23. Me dejas helada.

    Has dejado un comentario en mi blog en un post sobre sombreros y me he pasado por el tuyo a devolverte la visita y a ver como ibas y...me encuentro este acto de valentía y...me he sentido súper frívola.

    Yo no he pasado por nada así pero creo que tod@s deberíamos recapacitar sobre lo que decimos y a quien. Puede que hagamos un comentario negativo sobre el físico de alguien y puede que lo hagamos sin darle importancia. Pero igual la persona que lo recibe no está pasando por un buen momento, o es insegura...vete a saber...lo cierto es que todos deberíamos ponernos en la piel del otro y ser responsables.
    Yo a partir de este momento prometo hacerlo.

    Genial post! Gracias por hacernos recapacitar!

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  24. Ay Mariola... ya sabes que vivimos una experiencia parecida, aunque en mi caso lo frené bastante antes gracias a mis padres y a mi hermanita. El que la familia se dé cuenta y esté ahí contigo, es muy muy importante.
    Un besazo!

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  25. Me he quedado helada, no he tenido a nadie cerca que haya pasado por esta enfermedad, pero te doy la enhorabuena por haberla superado., Demuestras que eres una VALIENTE por querer vivir,m y por dejarte querer por todos los que te apoyaron. espero que este relato llegue a muchas personas. Un abrazo!

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  26. A sido muy valiente por tu parte exponer un episodio tan difícil de tu vida. Enhorabuena por haberlo superado y por haberlo explicado tan bien.

    Un beso!
    Little Dreams by R

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  27. Precioso post Mariola, ay esas tauros que poco en esta vida nos echa para atrás jajaja siempre que leo estas historias e incluso cuando las veo de cerca me doy cuenta de lo afortunada que soy al tener mis intereses bien claros, resumidos en yo, yo misma y yo también para rematar jajaja pero sé que muchas veces es duro salir de una espiral en la que nuestra propia mente nos mete. Me alegra muchísimo que tú lo hicieras y también que lo cuentes porque también es bueno ver que incluso a la mente somos capaces de superar con el corazón. Un besazo preciosa!!

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  28. Yo aún recuerdo el impacto que sufrí al ver a una de mis mejores amigas sufriendo la enfermedad. Su abuela insistía en que fuera a visitarlas (nosotras nos hicimos amigas en la playa pero ellos vivían en Madrid) y cuando bajé del tren y la vi, aluciné: pesaría unos 40 kilos - más alta que yo - y estaba llena de pelo por todas partes), hacía más deporte que yo y sacaba unas notas de impresión (veo que el mismo patrón que tú) Al cabo de un tiempo superó la anorexia pero cayó en la bulimia y finalmente se recuperó. Recuerdo cuando me contaba las broncas con su abuela porque iba al baño y veía la hoja de lechuga flotando en el wc después de que ella vomitara. No sé como es el momento en que tu mente decide llevarte hasta ese límite por suerte, aunque siempre he sufrido de muchas burlas en el colegio por mi sobrepeso, no he cruzado al otro lado. Un beso Mariola!

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  29. algo habíamos hablado antes pero nunca me habias contado la historia. Ole tú por salir de ella, porque es muy difícil. Y to también creo que si tú no quieres el entorno poco puede hacer, más que estar ahi para recomponer los pedazos porque contra más intentas ayudar, mas se reafirman en sus convencimientos. Es absurdo el peso que le da esta sociedad a la talla, pero ciermantente parece que el fin del mundo se encuentra al final de la talla 38. Estamos creando unas sociedad enferma y haciendo que niñas crezcan mucho más inseguras de lo que su adolescencia propia ya les hace ser, con parámtreos muchas veces alejados de la realidad y pothoshopeados-...

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  30. Mariola, sabes que te admiro, y que leo uno tras otro tus post hasta el final, me pareces lo más, pero querida: ME QUITO EL SOMBRERO. No solo no puedo imaginar lo que debe ser pasar por eso, sino lo duro que debe ser, tantos años después recordarlo, escribirlo y contarlo. Eres un crack. me has emocionado. Un beso enorme

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  31. Olé tu!!!!! Estas cosas son las que hacen que día a día este más convencida que querer es poder, que siempre pueden haber malos momentos y malas épocas, pero que aquellas personas que son fuertes y quieren seguir adelante lo hacen, con mucho esfuerzo y dificultades pero lo hacen. Gracias por compartir algo tan personal con todas nosotr@s. No es una enfermedad que arrastras toda la vida, se puede superar y tu eres un ejemplo de ello. Me encantas!!!!Un abrazo!!

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  32. Aplausos mil por tener el par de contar tu historia.
    Un beso muy grande!

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  33. Hola, Mariola.

    Ya te lo había dicho por Twitter: enhorabuena por atreverte a escribir sobre ello. ¡Valiente!

    Sin embargo, creo que es injusdto culpar a M. en algo tan grave por haberte dejado.

    Una cosa es que sea un impresentable. Otra, que sea el responsable de la consecuencia...

    Discúlpame, porque igual no lo he entendido bien.

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  34. Pff Mariola, te sigo desde hace bastante aunque no escriba mucho y quiero decirte que me ha parecido la entrada más valiente qué he leído nunca.

    Espero de verdad qué con esta confesión puedas ayudar a mucha gente, qué seguro que si.

    Un abrazo.

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  35. Hola,

    Me has dejado sin palabras. La verdad es que leer este tipo de relatos siempre estremecen mucho, y más cuando lo has tratado con tanta sinceridad, hasta decirnos el peso que llegaste a alcanzar!! menos mal que te diste cuenta que querías vivir.

    Gracias a dios no he tenido gente así muy cerca. Una compañera de la uni durante una época si que perdió bastante peso, al principio temimos por ella, pero poco a poco mejoro y la verdad es que no llego a ningún extremo. Incluso yo misma, tb por una rotura y nervios por diferentes causas comencé a comer poco, sin darme cuenta, perdí bastante peso sin darme apenas cuenta, incluso la comida que comía la vomitaba por los nervios, pero me duro solo tres meses...a los tres meses reaccione y la comida dejo de sentarme mal. A los años cogí bastante peso, pero los perdí a base de ir a un nutricionista, y saber cuidarme, lo de aquella vez fueron nervios, pero que gracias a dios duro poco y no fue demasiado acusados.

    Un besico, y muchas gracias por compartir dicho relato. Yo creo que puede ayudar a mucha gente, tanto a la que lo vive, como a quienes están cerca.

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  36. Que valor, y que alegria conocerte un poco más. Otra vez la vida nos enseña a seguir, a buscar otras oportunidades y aprender de aquello que en esos momentos nos hacía tan mal. Gracias por compartir con todos nosotros un poco mas! Un beso hermosa =)

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  37. Qué tristeza comprobar que esta es otra cosa más que tenemos en común querida Mariola... de hecho tengo escrita mi historia para algún día de estos animarme a publicarla en el blog.
    Independientemente de los motivos que caíste en el ella, lo que ha que tener en cuenta es que es una enfermedad muy grave y de la cuesta mucho salir.
    Por otra parte me alegra saber que también tenemos el común el haber salido de ella.
    Nunca se sabe si en el futuro podemos vivir una situación extrema que nos lleve a una enfermedad así, nadie está exento.
    Te felicito por tu valentía de compartir algo tan duro y tan íntimo, pero a veces el hacerlo nos libera. Te mando un abrazo de aquí hasta la luna y espero podértelo dar algún día en persona.

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  38. Mariola querida, lo que me has emocionado al leer tu relato. Bueno no sé si sabes que yo además de maquilladora, soy nutricionista, y he trabajado mucho con niñas y adolescentes que han pasado por esto y sé lo dificilísimo que es llegar a ellas, solo la persona que lo está viviendo es la que debe hacer el click, algo que la motive a cambiar de actitud, con la ayuda claro de un entorno que acompañe,sostenga y esté atento para ayudarla a dar el salto desde ese abismo que es la anorexia. Que bueno que lo hayas podido compartir con todos nosotros y estoy segura que podrá servir de ayudar a muchas personas con algun ser querido en esta situación. Besote enorme guapa!

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  39. Hola Mariola, nunca había leído un relato sobre la anorexia en primera persona, gracias por contarlo. Me alegra que lo hayas hecho y con tanto lujo de detalles, una enfermedad terrible para el que la padece y para le que está alrededor que ve que no puede hacer nada o que lo que hace no sirve para mucho si no hay voluntad. Tu lo has demostrado hasta que no quisiste no pasó, por eso es tan importante darse cuenta de las cosas par poder avanzar. Ahora vamos a la parte frivola, la anorexia no es mi caso, me gusta tanto comer que a pesar de mi fuerza de voluntad adelgazar unos kilillos me cuesta horrores. Estoy en ello, pero todo me tienta, no puede ser. brrrrr.

    Besos y ánimos

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  40. Mariola, eres una valiente y fin. No puedo decirte que te admiro ahora más que antes porque ya me pareces una mujer de 10.

    Un besazo.

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  41. Chapó Mariola, gracias por tu valentía y por contarnos tu historia, gracias por todos y cada uno de tus post y en especial por este, me ha ayudado a comprender muchas cosas. Eres grande. Un abrazo muy muy fuerte!

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  42. Hola Mariola,

    Yo he estado enferma de anorexia y bulímia durante más de 12 años. Me curé después de casi 7 años de tratamiento muy duros.
    Con todo el respeto del mundo tengo que decirte que tu artículo no me ha hecho conectar con tu historia... En los 12 años que sufrí la comida era ya un mal menor. Mucho más grabe es la pérdida de contacto con la realidad que puede acabar llevándote a acabar completamente loca... En mi tratamiento tenía compañeras que como efecto colateral a esta enfermedad acabaron drogándose, robando, alcohólicas o teniendo sexo de manera compulsiva.
    Esta enfermedad es mucho más que estar delgada o no comer... Esta enfermedad lo acaba ocupando todo.

    Un abrazo

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  43. Enhorabuena Mariola, por haber salido adelante y por tener la valentia de compartirlo.
    Vales mucho, un besazo!

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  44. Me he quedado helada... gracias por compartir tu experiencia Mariola!!

    Un beso
    SARA

    Por cierto tu blog está precioso!!! me encanta la barra de redes sociales a la izquierda!

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  45. Siento mucho que hayas tenido que pasar por esto... me cuesta mucho entenderlo que una razón como esa pueden llevar a alguien a perjudicarse tanto a si misma!!!!

    Besos

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